Crisis financiera mundial: psicosis monetaria 2.0

  • La crisis financiera mundial de 2008 no deja de ser una versión postmoderna del crack del 29 y la gran depresión posterior.

  • La trampa de la liquidez puede haber sucedido, a pesar de los esfuerzos del BCE en ignorar tal fenómeno monetario.

El proceso que venimos sufriendo desde el estallido de la crisis financiera en el año 2008, comenzó con problemas en la riqueza familiar y empresarial. La patata caliente de las hipotecas basura en Estados Unidos y el estancamiento e incluso caída en el valor de los bienes inmuebles tuvo como primeras e inmediatas consecuencias la insolvencia. Familias y empresas vieron como el valor de sus activos comenzaba a caer por debajo del de las deudas con ellos relacionadas. Esto marca el comienzo de una cadena de acontecimientos que generará la crisis económica mundial tal y como se ha conocido.

El fin del pastel inmobiliario generó una importante sangría en las empresas del ramo, cosa que en España se dio y muy bonito. La fuerte subida del riesgo financiero, propiciado porque empresas y familias ya no son solventes, causó una seria reducción en la concesión de créditos por parte de los bancos. Además, los propios bancos dejaron de confiar entre ellos mismos, con lo cual la citada reducción alcanzó también al mercado interbancario; se dejaron de prestar entre ellos mismos.

El BCE y su gestión monetaria

Hay dinero pero este no fluye. Esto en un contexto de rectificación de política monetaria, cuando tras un año con el tipo oficial del BCE en el 4% y un amago de subida de un cuarto de punto, no tuvo otra que iniciar un rápido descenso del mismo hasta establecerlo en el 1% pocos meses después. ¿Se habrá quedado trasnochado el mandato fundacional de la autoridad monetaria europea? Ese que tanta obsesión provoca sobre cualquier pequeña tensión inflacionista. Curiosos son los paralelismos entre lo comentado y lo sucedido en Japón en los años noventa, verdad?

tipo interés oficial BCE

Gráfioo. Tímida subida y fuerte corrección en el interés oficial del BCE (click para agrandar).

 Claro que este corte en la concesión de los préstamos, junto al desempleo generado en el sector de la construcción, dio pié a otro factor de crisis: la caída de la renta. Cae la demanda y cae la actividad productiva, entonces sube el desempleo y siguen cayendo los ingresos. Este contexto de parón productivo y de crack en las finanzas elevó todavía más el riesgo de los deudores, pues los bancos ya no pueden prestar dinero a quien no reúne las condiciones de devolución de las cuotas. Esto fue así, al menos. Y por tanto, menos crédito y más crisis.

Un factor clave: la confianza bancaria

La confianza dentro del sistema financiero fue clave para los medios de comunicación. Se decía que los bancos al restringir las operaciones de crédito entre ellos mismos no obtenían la suficiente liquidez en caja para realizar las operaciones habituales. De ahí compra de activos a entidades financieras para que así entre ellas desapareciera la desconfianza de que «la caja está vacía».

Recordemos la actividad básica de un banco. Por un lado capta depósitos y pide prestado a otros bancos, por el otro concede préstamos y realiza sus propias inversiones. Bien, pues se dieron las condiciones perfectas para que la concesión de préstamos se convirtiera en una actividad poco atractiva.

La trampa de la liquidez

Es lo que John Maynard keynes – en sus trabajos de la época de entreguerras – definió como trampa de la liquidez. Por aquel entonces en EEUU y Europa se vivía una situación similar a lo acontecido en el año 2008 – salvando las diferencias en las condiciones y modos de vida – que desencadenó toda una tormenta financiera y una histórica crisis económica con desempleo y deflación.

La teoría keynesiana nos dice que bajo una serie de hipótesis, como tipos de interés excepcionalmente bajos, el sistema financiero solo se ve incentivado a atesorar en caja y por ello se obstruye la expansión del crédito a familias y empresas. En este contexto las medidas fiscales resultan mucho más adecuadas para relanzar la economía.

Una lectura alternativa sobre los problemas de liquidez constituye la recesión de balance, teoría propuesta por Richard Koop en el marco de la crisis económica japonesa de los años noventa; la cual posee grandes similitudes en naturaleza y desarrollo con lo vivido desde 2007 en USA y Europa. Según esto, familias y empresas dedican grandes esfuerzos en devolver sus pasivos tras un período de crédito fácil, por lo que se restringe de forma notable la concesión final del mismo.

La inoperancia de la política monetaria en este contexto y la máxima efectividad de la política fiscal con tipos de interés tan bajos, por anulación del «crowding out» o efecto expulsión de la inversión privada, se podría decir que parecen puntos de la teoría sobre la trampa de la liquidez de Keynes que no entrarían en conflicto con la visión de Koop.

Los resortes por los cuales funcionan los mercados están más que estudiados por la ciencia económica. La sociedad ha ido funcionando en base a corrientes ideológicas que van intercambiando la primacía de sus argumentos sobre el resto. Por ello, las medicinas inmediatamente recetadas fueron monetarias – inyecciones de liquidez y bajada del tipo de interés oficial del BCE – aún cuando la doctrina keynesiana demuestra que en estas circunstancias no van a resultar tan efectivas como en otras.

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Referencias y lecturas recomendadas:
*Gráfico: elaboración propia a partir de base de datos del BCE.
*Fundamentos de la política monetaria: Macroeconomía; Rudiger Dornbusch, Stanley Fisher y Richard Start. McGraw Hill. Capítulo 10 de la 9ª edición.
*Hay vida después de la crisis, J. C. Díez.
*Una crisis y cinco errores; J. R. Rallo y C. R. Braun.
*La crisis Ninja y otros misterios de la economía actual, L. Abadía.
*Los felices 90, J. E. Stiglitz.

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